1. Conquista del este y el sur peninsular
El inicio de la conquista se enmarcó en el contexto de la Segunda Gerra Púncica (guerras que enfrentaron a Roma y Cartago por la hegemonía en el mediterráneo occidental).
Los cartagineses tenían asentamientos importantes en el levante
peninsular y desde allí atacaron Roma a través del sur de Francia y
los Alpes. Roma contraatacó invadiendo las posesiones
cartaginesas en Hispania a fines del siglo III. La
victoria romana de Ilipa (209 a.C.) puso fin a la presencia
cartaginesa en Hispania y consagró el dominio de Roma sobre el este
y el sur peninsular.
2. Conquista del centro y el oeste peninsular
Los romanos tuvieron que hacer frente a la
resistencia de los pueblos de esta zona. Los mejores ejemplos son
las guerras lusitanas en las que destacó Viriato,
líder lusitano, y la férrea resitencia celtíbera en Numancia hasta su rendición en el 133 a.C.
La República romana vivió diversas guerras
civiles que llegaron a la península. Las luchas internas de Roma
dieron lugar a enfrentamientos bélicos en la península. Un buen
ejemplo es el enfrentamiento entre Pompeyo y Cesar. Estos conflictos aceleraron el dominio romano sobre la
península.
3. Conquista del norte peninsular

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